Cuando
íbamos en el autobús, estábamos ansiosos por salir fuera, para
verlo todo mejor de cerca, y le dimos una vuelta entera al museo en
el autobús.
Bajamos
de él y nos acercamos al perro gigante, Puppy¡¡¡
Ahí,
hicimos los grupos para visitar el museo y entramos.
Lo
peor es que no nos dieron tiempo para echarnos fotos con Puppy, que
pena, no haber tenido ese bonito recuerdo…
Me
gusto mucho, me gustaría repetirlo y lo recomiendo.
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